El martes pasamos el día en Barcelona. Siempre es un placer volver, pero el motivo de nuestra nueva visita era el encuentro con Stefano, un amigo de Italia que conocí a través del blog y a pesar de los numerosos e-mails que nos hemos enviado contándonos la vida, aún no nos habíamos visto en persona, así que este encuentro hizo que la visita a Barcelona esta vez fuera diferente. Con la ayuda de Stefano que se conoce la ciudad mejor que nosotros(pese a ser italiano habla y estudia catalán), llegamos hasta la Iglesia de Santa Maria del Mar. Tenía muchas ganas de verla porque estoy leyendo el libro que la ha hecho tan famosa, "La catedral del Mar" , y la verdad es que me encantó esta visita pese a que cuando intenté acceder al interior, salió un hombre gritando"fuera, fuera, que cerramos ya..." y no daba derecho a réplica, aún así, algo ví y tengo que volver a inspeccionarla mejor porque promete. Cuenta la historia que cada una de sus piedras fue transportada desde la playa donde llegaban los barcos hasta el lugar donde se construia la iglesia sobre la espalda de los ciudadanos que participaban activamente en la construcción de la misma. Una se imagina la escena y la verdad es que es digna de admiración. Después de comer nos acercamos a Montjuic y subimos al Castillo. Las vistas son preciosas, los jardines también, y me gustó especialmente porque habia momentos en que me parecía estar en Suomelinna(Finlandia), la fortaleza de Helsinki, es muy similar, más pequeña, distinta, pero había algo allí que me transportaba en el recuerdo a Suomelinna. Destacaría la cantidad de bicis que vi amontonadas en los aparcamientos, las bicis para alquilar en las calles y en las tiendas, el espacio que tienen las mismas para circular, es realmente de envidia. Me encantó ver la desaparición de una Plaza de toros, (la están remodelando dicen que para abrir un centro comercial), lo que sea , da igual, el hecho es que me pareció un momento culminante en esta nueva visita a Barcelona, la única ciudad española que se declara oficialmente antitaurina, digan lo que digan, en mi opinión, van un paso por delante.
2 comentarios:
Hola Lorena, tu cuento me ha hecho volver a ese dia tan bonito que pasamos juntos. Qué lástima lo de la catedral (aún sonrío pensando al "fuera, fuera" del hombre batiendo sus manos) pero seguro tendrás otras oportunidades para visitarla, y tal vez aprovecharás más ya que entonces habrás terminado el libro.
Nos vemos pronto, cuatro meses pasarán rápidamente. Y quién sabe si nos vemos antes, ¡por aquí o por ahí! :-)
Me uno a la opinión de una ciudad por la bicicleta y sobre todo porque se declara antitaurina. Dos pasos más que nos llevan por delante.
Stefano, fue un día grande.
Salut.
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